Piensa en organizaciones de primer nivel que conozcas, aquellas a las que recomendarías con todo el corazón a otros, a veces apasionadamente. ¿Por qué? ¿Qué los hace tan únicos? ¿Qué te hace sentir tan fuertemente acerca de estas organizaciones?

Después de treinta años de asociarnos con algunas de las organizaciones y líderes más destacados a nivel mundial, sabemos que hay algunas cosas que los hacen notables. En nuestra experiencia, comparten la ventaja competitiva más poderosa, difícil de replicar y sostenible: una cultura ganadora.

«Cuando preguntas a las personas sobre cómo es ser parte de un gran equipo, lo más impactante es el significado de la experiencia. La gente habla de ser parte de algo más grande que ellos mismos, de estar conectados, de ser generativos. Se vuelve bastante claro que, para muchos, sus experiencias como parte de equipos verdaderamente grandiosos destacan como períodos singulares de vida vivida al máximo. Algunos pasan el resto de sus vidas buscando formas de recapturar ese espíritu.»

                              – Peter M. Senge, La Quinta Disciplina

A lo largo de los años se han propuesto muchas definiciones de cultura, pero para nuestros propósitos, la definiremos como el comportamiento colectivo de tu gente (lo que la mayoría de tu gente hace la mayoría del tiempo); la naturaleza del lenguaje y las relaciones dentro de la organización; y los valores, normas y sistemas hablados y no hablados que operan en ella. 

La cultura organizacional es un factor crucial que influye en la manera en que se toman decisiones, se resuelven los problemas, se llevan a cabo las tareas y se relacionan los colaboradores entre sí.

Las culturas ganadoras están llenas de personas excelentes que cumplen lo prometido una y otra vez. Te brindan a alguien y algo en lo que confiar. Las culturas ganadoras son únicas, diseñadas y mantenidas deliberadamente, y raras.

La cultura ganadora en una empresa consigue ser un impulsor poderoso para el éxito. Cuando la cultura respalda la misión y visión de la organización, los empleados tienden a trabajar de manera más cohesiva hacia metas comunes. Las organizaciones con culturas positivas y orientadas al desarrollo personal tienden a atraer a profesionales calificados y a retener a empleados comprometidos.

Una cultura flexible y adaptativa permite a las empresas enfrentar cambios y desafíos con mayor facilidad. Las organizaciones con culturas rígidas pueden encontrarse luchando para adaptarse a nuevas condiciones del mercado o tecnológicas. 

La cultura también afecta la forma en que se comunica dentro de una organización. Una cultura abierta y transparente fomenta la comunicación efectiva, lo que es esencial para la toma de decisiones informada y la resolución de problemas.

Si bien la cultura marca la diferencia, muchas empresas dejan al azar la construcción de su cultura. Al hablar con miles de líderes sobre este tema, recordamos una cita del aclamado experto en gestión Peter Drucker:

«La cultura se come a la estrategia en el desayuno, y sólo cuando comprendas completamente lo que esto significa, liderarás una empresa exitosa.»

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