Somos muchos los que buscamos que nuestro trabajo no sea simplemente un trámite para cumplir con las tareas. Necesitamos sentir que aportamos algo más. Incluso siendo bueno en tu trabajo, con buena paga, una posición segura, y un jefe contento con tu trabajo. 

Posiblemente te encuentres en una situación similar e incluso con ese nivel de éxito, sientes que no estás haciendo algo que realmente importe. No estás emocionado de empezar el trabajo cada día, y cada día se siente rutinario.

En ese caso, puede que sea necesario que hagas algunos cambios en tu modo de trabajar. ¿Cómo puedes determinar si deberías cambiar cómo trabajas, o si deberías buscar algo diferente? Hazte estas preguntas:

¿Puedes pasar la mayor parte de tu tiempo en trabajos importantes? 

Tal vez estás en una posición en la que estás en reuniones de liderazgo todo el día, y te pierdes la acción en la primera línea con los clientes.

Cuando eso sucede, recuerda el impacto de tu organización hablando directamente con un cliente (o con uno de tus empleados que lo hace regularmente). Vuelve a los comentarios de los clientes que han expresado su agradecimiento en el pasado. Luego, piensa en las cosas que tu trabajo implica que hacen posibles esas historias de éxito, y estructura tu tiempo para enfocarte en esas actividades clave.

¿Tienes la oportunidad de hacer cosas nuevas y diferentes ocasionalmente que añadan interés a tu trabajo? 

Si trabajas solo, encuentra una manera de ser parte de un proyecto en equipo y viceversa. Desafía la forma en que siempre se han hecho las cosas y sugiere nuevas estrategias para el éxito.

¿Puedes equilibrar tu tiempo para lograr tanto el éxito personal como el profesional?

Si te encuentras llevando trabajo a casa por las noches o los fines de semana, considera establecer límites para que puedas enfocarte en ambos. Luego anuncia esos límites a tu equipo, para que sepan cómo adaptarse a ellos. Si decides apagar tu teléfono al final del día, haz saber a tu equipo que no recibirán respuesta hasta la mañana siguiente.

Toma descansos durante el día pero haz algo para variar. Si tu trabajo implica principalmente trabajo mental, haz algo físico (como dar un paseo) para refrescar tu mente.

Si tu trabajo es más físico, toma un descanso para descansar, reflexionar y recargar energías.

¿Las personas ignoran tus opiniones y sugerencias, y sientes que no tienes voz?

 Pide a varios colegas que te den feedback sobre cómo te perciben los demás e implementa sus ideas. Busca puntos ciegos que puedan obstaculizar la conexión efectiva.

Mantente visible compartiendo los resultados que estás obteniendo, no solo tus actividades. No puedes simplemente asumir que los demás automáticamente notarán el buen trabajo que estás haciendo; están demasiado ocupados enfocándose en sus propios resultados.

¿Tienes oportunidades de crecimiento?

Aprovecha la oportunidad de desarrollar tu conjunto de habilidades cuando esté disponible, o sugiere opciones de capacitación externa a tu manager. A medida que tu conjunto de habilidades crece, aumenta tu valor, y es posible que te encuentres más comprometido con tu posición.

Si puedes encontrar formas de crecer en tu rol actual, habla con tu manager sobre hacerlas realidad. Si estas preguntas no conducen a soluciones energizantes, podría ser el momento de explorar tus opciones.