Muchos directivos se lanzan a sus funciones, realizan múltiples tareas, toman decisiones y mantienen a sus equipos en funcionamiento sin pensar demasiado en cómo están dirigiendo y cómo les ven los demás.

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Pero cuando determines deliberadamente por qué te gustaría que te conocieran como líder, tendrás un resultado deseado por el que trabajar y podrás priorizar las acciones con más probabilidades de ayudarte a obtener los resultados que deseas en tu trabajo y en tu carrera.

1. Escribe los atributos de liderazgo que quieres encarnar y proyectar

¿Quieres que te conozcan por estar orientado a los resultados, por ser estratégico e innovador, por crear una cultura de equipo colaborativa y unida, o por algo totalmente distinto?

Para acotar las ideas, hazte preguntas como

  • ¿Qué es lo que ya haces bien? A veces es difícil que la gente vea tus puntos fuertes porque los das por sentado. Si no puedes nombrar fácilmente uno o dos de tus puntos fuertes, piensa en ello: ¿Por qué tiendes a ser reconocido? Intenta escuchar las palabras que utilizan los demás cuando te hacen comentarios sobre tu estilo o rendimiento. ¿Surge algún patrón?
  • ¿Qué te motiva en el trabajo? Querrás incorporar esto a tu reputación para que tus esfuerzos diarios se sientan energéticos y satisfactorios.
  • ¿Qué quieres conseguir en tu carrera? ¿Y qué habilidades necesitarás para llegar a donde quieres? Incluso si son puntos débiles ahora, centrarse en ellos puede prepararte para el éxito futuro. Por ejemplo, si quieres ser un ejecutivo pero eres un comunicador verbal débil, podrías determinar que te gustaría ser conocido como persuasivo.
  • ¿Qué respetas de los líderes de éxito que te rodean ahora o en el pasado? Puede resultar difícil extraer de la nada cualidades como «integrador» o «colaborador». Así que empieza por las acciones concretas que llevan a cabo estos líderes, por ejemplo, él se asegura de saludar a todo el mundo cuando llega por la mañana, o ella siempre me pide mi opinión antes de tomar decisiones que afectan a mi trabajo.
  • ¿Qué es lo que más necesita tu equipo y tu organización, ahora y en el futuro inmediato? Si no estás seguro, pregunta a tu jefe, a tus compañeros y a tus subordinados directos. Una vez que lo sepas, piensa en cómo podrías contribuir mejor a satisfacer esas necesidades.

2. Utiliza lo que has anotado para crear una declaración de misión personal

A partir de lo que has aprendido sobre tus propios puntos fuertes, pasiones y objetivos, y de los rasgos que admiras en los demás, decide por qué quieres ser conocido como líder. Céntrate en uno o dos aspectos clave que te entusiasmen más, que te ayuden a llegar a donde quieres ir en tu carrera y que estén en consonancia con lo que tu equipo y tu organización necesitan.

Intenta que tu declaración sea breve y sencilla, como una declaración de objetivos. Por ejemplo: «Quiero que se me conozca como un gestor solidario que desarrolla eficazmente a los futuros líderes de la empresa».

3. Enumera las acciones que tendrás que llevar a cabo para cumplir tu declaración personal

Cuando traduzcas tu afirmación general en acciones concretas del día a día, te harás una idea clara del tipo de tareas y hábitos que te llevarán a alcanzar tu objetivo.

Asegúrate de añadir suficientes detalles -incluyendo quién, qué y cuándo- para que sea fácil saber si estás teniendo éxito. Por ejemplo, si quieres que te conozcan por desarrollar eficazmente a los futuros líderes de la empresa:

  • Pobre: entrenar a mis subordinados directos.
  • Mejor:
    • Comprueba mensualmente los objetivos y el desarrollo de la carrera de los subordinados directos en reuniones individuales.
    • Realiza una tarea de entrenamiento a cada colaborador directo por trimestre y da al menos tres comentarios relacionados con ella por semana.
    • Instituir una política en la que los subordinados directos se turnen para dirigir las reuniones de nuestro equipo de forma rotativa, para adquirir experiencia en la facilitación de reuniones.
    • Añadir un punto de la agenda mensual a mis reuniones individuales con mi jefe para hablar de las trayectorias profesionales de mis subordinados directos.

Haz también una lista de los obstáculos que probablemente encontrarás al emprender estas acciones y piensa en la manera de superarlos. Por ejemplo, ¿Qué harás si tu equipo recibe un proyecto de gran volumen que ocupa todo su tiempo, pero que sólo supone un trabajo mundano para tus subordinados directos más experimentados? Tal vez podrías preguntar a los miembros del equipo con experiencia si están interesados en ser mentores de los compañeros de equipo con menos experiencia en el proyecto. De este modo, los expertos adquieren experiencia en la orientación mientras los novatos aprenden nuevas técnicas.

4. Comunica a tu jefe, a tus compañeros y a tu equipo cómo quieres que te vean como líder

Cuando los demás conozcan tu objetivo, estarán mejor equipados para darte información sobre los aspectos en los que lo estás haciendo bien y los que no. También podrán darte nuevas ideas para ayudarte a triunfar.

Por ejemplo, puedes buscar aportaciones:

  • De tus subordinados directos: «Realmente quiero desarrollar a los futuros líderes de la empresa. ¿Qué más puedo hacer para ayudarte a crecer en tu puesto o prepararte para el siguiente?».
  • De tu gerente: «Me gustaría trabajar en mis habilidades de coaching para poder ayudar a mis subordinados directos a convertirse en futuros líderes de la empresa. ¿Podríamos discutir algunas ideas sobre cómo podría mejorar?» 

Además, compartir tu reputación deseada puede ayudar a la gente a conocer más rápidamente tu estilo y tus prioridades, casi como si se tratara de un manual de instrucciones que puede ayudar a los demás a entender tus expectativas y a trabajar contigo de forma más eficaz. Un gerente que conocemos reparte una hoja llamada «Cómo es trabajar con Megan» a los nuevos miembros del equipo como parte de su proceso de incorporación. Intenta escribir frases como: «Si estás en mi equipo, puedes esperar _______».

5. Alinea tus perfiles online y la forma de presentarte con tu declaración personal

Candidatos a puestos de trabajo, colegas, clientes y otras personas te buscarán en Internet. También es probable que te presentes de una determinada manera en reuniones con clientes y en eventos profesionales. Los mensajes que envías -tanto en línea como en persona-, ¿están en consonancia con la declaración personal que intentas hacer como líder?

Si no es así, actualízalos. Por ejemplo, tus perfiles en línea pueden hacer hincapié en tus anteriores empleadores, funciones laborales y formación académica. Pero si no hay nada que refleje tu declaración personal -por ejemplo, tu compromiso con el desarrollo de los subordinados directos-, añade algo al respecto en tu resumen o en tu lista de logros. O pide a los subordinados directos a los que hayas ayudado en el pasado (no sólo a tus antiguos jefes) que escriban recomendaciones. Piensa también en el mensaje que transmite tu foto.

En cuanto a la forma en que sueles presentarte, en lugar de una declaración genérica, como «Soy gerente de éxito del cliente en la empresa X y he estado allí tres años», alinéalo con una declaración personal orientada al equipo diciendo: «Ayudo a servir a los clientes y a desarrollar líderes prometedores en la empresa X».

6. Establece recordatorios para reflexionar sobre tu progreso o los cambios que te gustaría hacer

La mejor narrativa profesional del mundo no resonará ni se afianzará si no la llevas a cabo. Es fundamental que te detengas a reflexionar sobre cómo lo estás haciendo. Así que asegúrate de levantar la vista de tu trabajo diario para evaluarte a ti mismo. Marca tu calendario en un momento adecuado, quizás trimestralmente, y házte preguntas como:

  • ¿Qué he hecho o logrado que esté en línea con la reputación de liderazgo que deseo?
  • ¿Qué más puedo hacer en el futuro para cimentar mi deseada reputación?
  • ¿A qué he dedicado el tiempo que va en contra de mi reputación deseada? ¿Cómo puedo hacer menos de eso en el futuro?
  • ¿Está mi reputación de liderazgo todavía alineada con lo que quiero lograr y/o lo que necesita mi empresa? Si no es así, ¿Cómo debería cambiar?

Ten en cuenta que tu misión personal cambiará con el tiempo a medida que adquieras nuevas habilidades y avances en tu carrera, a medida que cambie tu equipo o que cambien las circunstancias y prioridades de tu empresa.

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