El sesgo duele. Esto es cierto ya sea que te tomes por sorpresa un solo comentario o te enfrentes a una dosis diaria de ignorancia.

Sin embargo, cuando se trata de responder, tienes opciones, quizás más de las que te das cuenta. Los consejos a continuación (ya sea solos o en combinación) pueden ayudarte a comprender el contexto de tu situación, determinar tu curso de acción más productivo y llevar a cabo esa acción de una manera que te haga sentir positivo acerca de ti mismo y del futuro.

Nota importante: Este artículo no aborda cómo responder a comportamientos ilegales, como la discriminación y el acoso. La línea entre el sesgo inconsciente y estos comportamientos ilegales no siempre está clara. Si el comportamiento de alguien parece haber cruzado esta línea, asegúrate de revisar las políticas de tu empresa sobre acoso y discriminación, que pueden requerir que informes el incidente o que te pongas en contacto con Recursos Humanos para aclaración.

1. Date permiso para priorizar el autocuidado y seguir adelante con tu día, si eso es lo mejor para ti

Cuando experimentas sesgo, idealmente deberías poder expresarte, sentirte empoderado y marcar la diferencia cada vez. ¡A menudo puedes hacerlo! (Para obtener más información sobre cómo hacerlo de manera impactante, consulta el número 3). Pero si determinas que lo mejor para ti es dejarlo ir y seguir adelante con tu día, eso también está perfectamente bien. Muchas personas que experimentan sesgo eligen sus batallas, simplemente porque puede ser agotador y/o políticamente arriesgado intentar luchar contra todas ellas. Otras veces, una afrenta puede sentirse tan insignificante que determinas que no vale la pena tu energía.

Una forma sencilla de comenzar a seguir adelante es cambiar tu atención en una dirección positiva. Por ejemplo, puedes:

  • Recordarte a ti mismo otros aspectos de tu identidad. Eres más que tu raza, sexualidad, género, edad, peso o cualquier rasgo que haya sido objeto de sesgo. Para poner el incidente en perspectiva, considera qué más te hace ser tú: tus habilidades y experiencia en el trabajo, tus valores, tus relaciones más importantes, y así sucesivamente.
  • Tomar un descanso. Un paseo al aire libre, una breve meditación o incluso unas cuantas respiraciones profundas pueden despejar tu mente y renovar tus ánimos.
  • Centrarte en tus prioridades. ¿Qué es importante para ti? Cuanto más crítica, compleja y absorbente sea la tarea, más probable es que los detalles del incidente pasen a segundo plano.

2. Reflexiona sobre posibles factores contribuyentes para poder calibrar mejor tu respuesta

Experimentar el sesgo puede sentirse confuso inicialmente. En algunos casos, podrías pensar: ¿Qué acaba de pasar? ¿Fue inapropiado? ¿Se da cuenta de lo que acaba de decir?

En lugar de expresar tu reacción inicial, es posible que desees hacer una pausa para ordenar tus sentimientos y determinar la mejor manera de responder. Además, considera elementos situacionales más allá del sesgo puro que pueden o no formar parte de la historia. Estos factores no disminuyen lo que te sucedió, pero pueden ayudarte a diagnosticar la situación e idear una respuesta para alentar a la otra persona a cambiar su comportamiento en el futuro.

Los factores contribuyentes podrían incluir:

  • Favoritismo hacia otra persona. Tu jefe tiene la costumbre de llevar a tu compañero, que no tiene más talento que tú, a una reunión ejecutiva, dándole la exposición que tú anhelas. Como es común con el sesgo inconsciente, el aparente sesgo de tu jefe contra ti puede ser en realidad más acerca de su preferencia por tu colega, dejándote de lado. En casos como estos, intenta ser explícito acerca de tus intereses para recibir la consideración adecuada. Por ejemplo, podrías preguntarle a tu jefe: «¿Qué criterios utilizas para tomar decisiones como estas? Estoy interesado en ser considerado para oportunidades como esta en el futuro».
  • Curiosidad descuidada. Una gerente negra nos contó que no siempre puede saber si los comentarios inapropiados sobre su cabello que parecen «extraños», «extraños» y «diferentes» se deben a la ignorancia o a la torpeza de la curiosidad. A veces ella piensa que la gente «no tiene amigos de otras razas y está genuinamente interesada».
  • Comodidad fuera de lugar. Esta misma gerente describió lo que puede suceder cuando las personas tienen amigos de su raza y piensan que pueden hablar con ella en el trabajo como lo hacen con sus amigos. Por ejemplo, un empleado blanco podría dar un choque de puños a un colega negro o llamar a la persona «hermano» o «hermana». Algunos encuentran que estos comportamientos son inofensivos o incluso agradables intentos de conectar. Para otros, es incómodo. Si ese es tu caso, podrías extender tu mano para dar un apretón de manos normal, de modo que un choque de puños sea imposible, o explicar cómo te hace sentir el comportamiento (ver número 3).
  • Tu propia perspectiva única. La investigación encuentra que cuando tres personas de orígenes similares miran la misma situación exacta, una podría ver un claro sesgo contra su grupo, otra podría estar insegura y la tercera podría no ver ningún comportamiento incorrecto. Las reacciones son altamente individuales. Reconocer esto puede ayudarte a poner tus sentimientos en contexto. Por ejemplo, podrías decir: «Sé que está bien para algunas personas, pero no para mí».

3. Habla sobre lo que sucedió

Si abordas directamente un comentario o acción sesgado de manera efectiva, ayudarás a la otra persona a darse cuenta de que su comportamiento causó un daño no intencionado e influirás en la forma en que actúan en el futuro.

Dado que la mayoría de las personas no son conscientes de que están siendo sesgadas y no tienen la intención de serlo, llamarlas intolerantes, elitistas o cualquier otra cosa probablemente no será efectivo y conlleva más riesgo (aunque podría sentirse bien en el momento). En la mayoría de los casos, la persona será más receptiva a tu punto y más propensa a cambiar su comportamiento en el futuro si asumes una intención positiva y explicas cómo te hizo sentir lo que dijeron o hicieron:

  • «Sé que no lo quisiste decir de esta manera, pero la broma que hiciste sobre los inmigrantes me hizo sentir incómodo e indeseado en la reunión».

¿Qué sucede si te resulta difícil hablar en el momento? Eso está bien. Siempre puedes volver a hablar con la persona más tarde, después de elaborar una respuesta convincente, y pedirle unos minutos en privado para entregar tu mensaje:

  • «He estado pensando en el comentario que hiciste ayer sobre X. Me sorprendió, así que no hablé en el momento, pero me hizo sentir Y».

4. Intercambia estrategias para manejar el sesgo con un mentor, colega o amigo que tenga experiencia siendo el objetivo del sesgo

Si bien simplemente desahogarte con un tercero rara vez es productivo, compartir experiencias puede ser especialmente útil cuando lo haces buscando estrategias prácticas para navegar por el sesgo.

Si no conoces a nadie que pueda relacionarse con tu situación, intenta buscar personas con mentalidad de diversidad en tu organización o en grupos de redes profesionales. Para iniciar una conversación, podrías preguntar:

  • «Nuestra empresa tiene buenas intenciones, pero todavía tenemos trabajo por hacer en cuanto a diversidad y sesgo inconsciente. ¿Estarías dispuesto a reunirte y discutir algunos de estos desafíos y cómo cada uno de nosotros los está navegando?»

Una vez que encuentres a otros que estén interesados en hablar, tal vez puedas incluso ayudar a uno de ellos con una de tus experiencias o tácticas. O tal vez puedan ser una fuente de referencias, sugiriendo grupos o encuentros que brinden un espacio para solucionar problemas.

5. Colabora con aliados para aumentar tus posibilidades de efectuar un cambio

No eres el único que experimenta sesgo. En lugar de enfrentarlo solo, únete a otros. Por ejemplo, podrías:

  • Poner en práctica estrategias en grupo. El personal femenino en una administración gubernamental comenzó a repetir los puntos clave de los demás en las reuniones. Esta amplificación («Eco de lo que dijo Janice, yo también pienso…») dificultaba que los hombres en la sala ignoraran o se apropiaran de las contribuciones de sus colegas femeninas. Otra estrategia de grupo: trabajar junto con los gerentes de contratación para encontrar oportunidades de reclutar a candidatos más diversos.
  • Hablar cuando veas a otras personas que son el objetivo del sesgo. Esto puede tener un poderoso doble beneficio: alivias la carga emocional de la persona afectada en ese momento y tu mensaje es más probable que llegue a la persona que hizo el comentario o la acción inapropiada, ya que proviene de una tercera parte. Shahan Mohideen, un gerente experimentado, señala: «He desarrollado una piel gruesa en respuesta a la negatividad hacia mi fe y etnia. Pero eso también me facilita hablar por otras personas».
  • Solicitar a tu organización que estudie y tome medidas contra el sesgo. Hay fuerza en los números, especialmente cuando se trata de solicitudes que pueden ser relegadas a un segundo plano porque amenazan el status quo. Tal vez un grupo de ustedes pueda sugerir, ya sea en persona a Recursos Humanos o de manera anónima a través de herramientas como una encuesta de compromiso, que su organización investigue y publique estadísticas sobre la diversidad de la empresa y cualquier disparidad en la remuneración o promoción.

6. Reflexiona sobre casos específicos que desmientan la visión sesgada de ti

Ser el objetivo del sesgo (especialmente si es continuo) puede hacerte creer que eres más impotente de lo que realmente eres. Por ejemplo, supongamos que tus ideas son ignoradas semana tras semana y no estás seguro de si se debe a las ideas o a ti. Podrías empezar a pensar cosas como: Tal vez no vale la pena presentar esta idea de proyecto o Tal vez nunca recibiré el apoyo que necesito para avanzar aquí.

En lugar de permitir que pensamientos autodestructivos se consoliden, asegúrate de atacarlos con evidencia contraria. Pregúntate:

  • ¿Cuándo he experimentado el resultado opuesto? Piensa en el momento en que una idea estratégica tuya fue recibida con aprobación, cuando te reconocieron públicamente por tu trabajo o cuando recibiste un ascenso.
  • ¿Quién demuestra que el éxito y la felicidad son posibles en un rol como el mío? Si no tienes en mente modelos a seguir, busca en tu red profesional o realiza una búsqueda en Internet.

Después de identificar estos resultados positivos, considera formas de hacer que tus talentos y contribuciones sean reconocidos en tu organización.

7. Escribe sobre tu experiencia con el sesgo

Los investigadores encuentran que transferir emociones de tu cerebro a la página puede ayudar a aportar claridad y alivio. ¿Te dejó decepcionado el esperar más de una persona en particular o de tu empresa? ¿Te sorprende que todavía estés lidiando con el sesgo en esta etapa de tu carrera? ¿Tienes esperanzas de que esto mejore o temores de que solo empeore? Los sentimientos tienden a evolucionar, así que considera escribir múltiples entradas.

Escribir también puede ayudarte a ver tendencias en el comportamiento de los demás con el tiempo. Por ejemplo, tal vez notes que los comentarios del equipo de ventas se vuelven un poco más ásperos y personales después de no alcanzar una meta, y esto te permitirá proporcionar retroalimentación más específica y útil sobre el comportamiento. Por último, pero no menos importante, documentar actividades cuestionables nunca es una mala idea en caso de que necesites defenderte.

Si tiene sentido, comparte tu historia con un colega de confianza, amigo o familiar. Al menos tendrás un aliado. Y juntos pueden identificar algunas estrategias prácticas para navegar por el sesgo en tu organización.

8. Si una persona te está causando problemas repetidos y no puedes hablar o tus palabras no tienen efecto, trata de minimizar las interacciones con esa persona

¿Es una sola persona la que está causando problemas? Si es así, y otras opciones no han funcionado, ¿podrías minimizar las interacciones con esa persona? Hacerlo no cambiará el comportamiento de la persona, pero al menos podría ayudarte a evitar las ofensas y evitar que se conviertan en una fuerza tóxica que socave tu compromiso en el trabajo.

¿Qué estrategias de evitación podrían ayudarte a eludir las comunicaciones innecesarias? ¿Podrías mover tu escritorio o trabajar más en espacios públicos, como una sala de conferencias o un salón? Algunas personas reducen el sesgo cuando otras están presentes. Si aún necesitas interactuar con la persona, ¿podrías contar con un colega de confianza que participe frecuentemente en las mismas discusiones que tú para que sirva como un «amortiguador de sesgo» y te ayude a redirigir la conversación si comienza a sentirse poco profesional?

9. Busca ayuda adicional

La resistencia personal no siempre es suficiente. Afortunadamente, puedes encontrar otras manos que te ayuden:

  • Coaches. Pueden asesorarte sobre cómo lidiar con una sola experiencia o un patrón de experiencias, o incluso si es hora de dejar tu situación actual.
  • El comité de diversidad de tu empresa o los representantes de Recursos Humanos. Los representantes del comité de diversidad, si tu empresa los tiene, pueden ayudarte a navegar por los problemas en tu organización. Alternativamente, o además, considera hablar con el representante de Recursos Humanos. (En muchos países, por ley, Recursos Humanos está obligado a investigar informes de discriminación, así que piensa en cómo enmarcarás tu problema).

Consejeros/terapeutas. Busca uno que se especialice en temas relacionados con la identidad y, si es posible, en asesoramiento laboral/profesional. (Muchas empresas ofrecen sesiones gratuitas y confidenciales con un consejero capacitado a través de programas de asistencia al empleado).

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