Las mujeres han estado desafiando los límites y conquistando nuevas fronteras a lo largo de la historia. Desde el campo empresarial hasta la política, pasando por el arte y la ciencia,  han demostrado su capacidad de influir, inspirar y marcar la diferencia en nuestras vidas.

En FranklinCovey, queremos reconocer el inmenso impacto que estas siete mujeres líderes han tenido en sus respectivas esferas. Cada una de ellas ha dejado huella y ha allanado el camino para las generaciones futuras, empoderando a las mujeres.

En este artículo, destacaremos los aspectos más relevantes por los que estas mujeres han sido importantes en sus campos, resaltando aquellos importantes hábitos que las transformaron en lo que queremos guiar a cada persona a ser: grandes líderes.

1. Ser proactiva: Emmeline Pankhurst

Emmeline fue una activista británica y líder del movimiento sufragista, el cual fue crucial para que las mujeres lograran obtener el derecho a votar en Gran Bretaña. Es considerada como una de las primeras personas en luchar por la igualdad de derechos.

En una época en la cual los estándares de la sociedad definían que las mujeres debían ser amas de casa, ella quiso cambiar la realidad y tomó una actitud proactiva. Basándose en su círculo de influencia, comenzó a tomar acciones con el fin de cambiar la situación.

Ella se centró en sus fortalezas y, a pesar de que fue encarcelada 13 veces, nunca dejó de luchar por cambiar las cosas, sin permitir que el entorno de la época la condicionara. Porque como dijo Stephen R. Covey, “No somos productos de nuestras circunstancias, sino de nuestras decisiones”. 

Y tú, ¿estás siendo proactiva en tus decisiones?

2. Comenzar con un fin en mente: Amelia Earhart

Amelia es considerada una de las más grandes aviadoras de toda la historia y es una fiel representante de este hábito. Ella tenía un fin muy específico en mente. No solo quería volar, sino que quería ser la primera mujer en la historia en ser capaz de atravesar el Océano Atlántico por sus propios medios. Ella planificó su vida con el fin de lograr ese objetivo, hasta que lo alcanzó en el año 1932, cambiando para siempre la historia de la aviación.

La próxima vez que te subas a un avión y escuches por el parlante una voz femenina, debes saber que esta historia empezó mucho años atrás con una determinada mujer.

Así que recuerda que, cada vez que luches por lo que quieres, debes alinear todas tus acciones a ese importante fin.

3. Poner primero lo primero: Marie Curie

Marie Curie​ fue una científica pionera en el campo de la radiactividad. Fue la primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades (Física y Química)​ y la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París. Pero todos sus reconocimientos y galardones no nublaron su visión para darle prioridad al cuidado y cura de las demás personas.

Puso primero lo primero y eligió arriesgar su vida durante la Primera Guerra Mundial, ubicándose cerca de la línea de combate y realizando radiografías a los soldados heridos en batalla. Además, dedicó su vida posguerra a la investigación del radio (elemento químico que ella misma descubrió) con el fin de encontrar una cura para el cáncer.

Tus prioridades pueden ser grandes o pequeñas, pero son tus objetivos más importantes, por lo que debes identificarlas, enfocarte en ellas y poner siempre primero lo primero.

4. Pensar ganar-ganar: Madre Teresa de Calcuta

Agnes Gonxha, mejor conocida como la Madre Teresa de Calcuta, fue una monja católica que dedicó su vida al cuidado y atención de las personas marginadas de la sociedad, principalmente enfermos, pobres y huérfanos. Y es una fiel representante de este hábito, ya que en el año 1950 crea la congregación de las Misioneras de la Caridad, con el fin de unir a aquellos de menos recursos con esas personas que buscaban dar motivo a sus vidas mediante la solidaridad. De esta manera consiguió que los más carenciados ganaran en atención y recursos, y el mundo ganara en respeto y solidaridad.

5. Buscar primero entender, para luego ser entendido: Malala Yousafzai

Malala es una reconocida activista por los derechos humanos y la persona más joven en ganar el Premio Nobel de la Paz (en 2014, a sus 17 años). Es un claro ejemplo de superación, pero también es una gran representante de este hábito.

Ya desde su temprana edad, Malala se dedicó a entender la situación y necesidades de las niñas en Pakistán, su país natal, donde tenían prohibido ir a la escuela por el régimen talibán. A pesar del riesgo que implicaba, decidió levantar la voz y dar luz a esta realidad, para que todo el mundo también la entendiera. Esto generó que fuera víctima de un atentado, del cual logró recuperarse para continuar luchando por los derechos a la educación de todos las niñas y mujeres que aún no tienen voz.

Para poder comunicar tus puntos de vista a los demás, primero debes entender sus perspectivas y necesidades. Para esto, debes aprender a escuchar.

6. Sinergizar: Diana de Gales

Diana Frances Spencer, mejor conocida como Lady Di, fue princesa de Gales y una de las mujeres más reconocidas en todo el mundo. Lejos de lo que marcaba la aristocracia y el comportamiento habitual de una princesa, Diana fue una mujer muy carismática, mediática y cercana a la sociedad.

Dedicó gran parte de su vida a respaldar causas humanitarias, realizar acciones solidarias, prestar su imagen pública a organizaciones benéficas y a presidir varias fundaciones, consiguiendo generar una sinergia sin precedentes con la sociedad, donde ya era considerada un ícono de confianza. De esta manera, logró concientizar a millones de personas y aportar grandes cambios en la sociedad mundial.

Cuando las personas sinergizan, aprovechan sus fortalezas para llegar a soluciones o crear oportunidades que son mejores de lo que cada uno habría hecho por separado. Lady Di es un gran ejemplo de que los mejores resultados se encuentran a través de la colaboración.

7. Afilar la Sierra: Todas las mujeres

El hábito 7 del famoso libro de Stephen R. Covey habla de “afilar la sierra”. Es el hábito que hace al resto posible. Este refiere a la capacidad de auto-renovarse. Esa necesidad de volver a mirar hacia dentro y pensar en qué podemos mejorar, qué podemos hacer para lograr mayor efectividad personal.

Esto se puede trasladar a la sociedad para darnos cuenta que el ejemplo de estas 6 influyentes líderes mujeres son apenas un comienzo de todo lo que se puede lograr para seguir creciendo y desarrollándonos como personas.

Ahora queda en nuestras manos el poder de renovar el legado de estas mujeres en el camino hacia un mundo con más igualdad.

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