La técnica de los “5 Porqués” para llegar a la raíz de un problema difícil

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Este artículo te mostrará:

Una técnica para llegar a la raíz de los problemas.

¿Por qué hacerlo?

A veces lo que parece ser un problema es realmente sólo un síntoma de un problema subyacente que está encendiendo fuego tras fuego para que los apagues. Al descubrir y abordar la verdadera causa raíz del problema, podrás detener esos fuegos superficiales de una vez por todas. La técnica de resolución de problemas de los “5 Porqués”, que ha sido utilizada en empresas como Toyota e IDEO, es una forma sencilla de profundizar en esos problemas más profundos.

Cómo hacerlo:

  1. Declara el problema tan claramente como puedas

Antes de poder profundizar en un problema, necesitas saber exactamente en qué profundizar. Cuanto más específico, mejor. Por ejemplo:

  • Problema vago: “Algo está mal con mis reuniones 1 a 1.”
  • Problema específico: “Mis reuniones 1 a 1 parecen una pérdida de tiempo.”
  1. Pregunta “por qué” para descubrir otro nivel del problema

Para continuar con el ejemplo anterior, pregúntate: “¿Por qué mis reuniones 1 a 1 parecen una pérdida de tiempo?”

  1. Responde a tu propio “por qué”, luego pregunta “por qué” de nuevo

Hacer una serie de preguntas de “por qué” puede parecer infantil, pero ese es el punto. La curiosidad sin fin es exactamente lo que te llevará al corazón de tu problema. Por ejemplo:

P: “¿Por qué mis reuniones 1 a 1 parecen una pérdida de tiempo?”

R: “Porque no puedo saber si mis subordinados directos están sacando algo de ellas.”

P: “¿Por qué no puedo saber si mis subordinados directos están sacando algo de nuestras reuniones 1 a 1?”

R: “Porque nunca les he preguntado si nuestras reuniones 1 a 1 son útiles.”

  1. Continúa preguntando “por qué” hasta que sientas que has llegado a un problema raíz

A pesar del nombre del método, no hay un número mágico de cuántos “porqués” se necesitarán: podrían ser más o menos de cinco. Lo importante es seguir preguntando hasta que te des cuenta: “¡Ajá! Ese es el verdadero problema.” Por ejemplo:

P: “¿Por qué nunca he preguntado si nuestras reuniones 1 a 1 son útiles?”

R: “Porque hay demasiado de qué hablar en 30 minutos y siempre se nos acaba el tiempo.”

P: “¿Por qué hay demasiado de qué hablar en 30 minutos?”

R: “Porque tenemos muchas actualizaciones de estado que cubrir y eso consume todo el tiempo.”

P: “¿Por qué hay tantas actualizaciones de estado?”

R: “Porque no tenemos un buen sistema para hacer actualizaciones de estado fuera de las reuniones 1 a 1.”

“¡Ajá! Necesitamos un mejor sistema para las actualizaciones de estado, para que podamos abordar otras cosas en nuestras reuniones 1 a 1 y asegurarnos de que sean útiles.”

  1. Verifica si la lógica de tus porqués funciona en ambas direcciones

Comenzando por tu respuesta final, trabaja tu camino de regreso a tu problema inicial. Por ejemplo: “No tenemos un buen sistema para las actualizaciones de estado, por lo que consumen todo nuestro tiempo en las reuniones 1 a 1. Eso significa que nunca tengo tiempo para preguntar si las reuniones 1 a 1 son útiles, por lo que no puedo saber si mis subordinados directos están sacando algo de ellas, lo que es por eso que parecen una pérdida de tiempo.” ¿Tiene sentido? Si lo tiene, tu lógica es correcta y has descubierto una causa raíz del problema con el que empezaste.

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