Hay un dicho popular que dice: «El matrimonio es solo una larga conversación, ¡así que asegúrate de casarte con alguien con quien te guste hablar!» En realidad, todas las buenas relaciones son realmente una serie de conversaciones saludables. Cuanto más significativa, confiada y abierta sea la conversación, más gratificante será la relación.

Como señalan los expertos en liderazgo Robert J. Anderson y William A. Adams en «Mastering Leadership: An Integrated Framework for Breakthrough Performance and Extraordinary Business Results», «el liderazgo también es una conversación».

«Los líderes pasan la mayor parte de sus días en conversación: reuniones, llamadas telefónicas, correos electrónicos y comunicaciones estratégicas. Cómo se presenta en estas conversaciones determina su nivel de efectividad… La calidad de las conversaciones de liderazgo determina la efectividad colectiva, que determina la inteligencia colectiva, que determina el rendimiento empresarial… La calidad de nuestra conversación y nuestras relaciones se correlaciona directamente con los resultados que creamos».

Entonces, si el liderazgo es realmente una larga conversación, y estamos comunicando todo el tiempo, puede ser útil pensar en la naturaleza de nuestra conversación con aquellos con quienes trabajamos. Podríamos preguntarnos: «¿Es mi conversación generosa, honesta, útil, motivadora y alentadora para una contribución mejor y más significativa, en otras palabras, realmente comunica cuidado? ¿O es rara, perfunctoria, emocionalmente plana y siempre enfocada solo en la tarea en cuestión? Peor aún, ¿es temida, crítica y cáustica?»

¿Quieres leer más artículos como este? Elije un tema

Comparte este artículo

Contáctanos

País
Consent
Abrir Chat
1
¿Necesitas ayuda?
Escanea el código
Hola,
¿Cómo podemos ayudarte?

Request a Demo