La respuesta es simple: en un equipo con una cultura de baja confianza, la colaboración es imposible.

Al igual que en los teléfonos celulares, que emiten y reciben una señal para funcionar, todos los miembros de un equipo envían y reciben señales de su nivel de confiabilidad al resto de componentes. Incluso los líderes están enviando señales de confianza a sus equipos constantemente, y deberían tener claro cómo son sus señales de apertura, confiabilidad y disposición para asociarse.

Los líderes también deberían preguntarse si sus señales están dando la idea de que la colaboración no significa que siempre prevalezcan las ideas de una persona, sino que el trabajo en equipo puede llevar a mejores resultados; o qué tan fuerte es su propia capacidad para confiar y ser confiado.

Si los líderes no son dueños de sus señales acaban generando una cultura de baja confianza dentro del equipo, y en ese contexto la colaboración puede ser muy difícil.

¿Por qué?

La colaboración es el motor de la cultura organizacional moderna, impulsa la innovación, aumenta la productividad, mejora la comunicación y fomenta el compromiso entre los miembros del equipo. En un mundo extremadamente rápido, donde los negocios y las oportunidades están evolucionando constantemente, la habilidad para colaborar efectivamente se ha convertido en un factor crítico de éxito, pero, afortunadamente hay un ingrediente secreto que sustenta la colaboración exitosa: la Confianza.

Stephen M. R. Covey (autor de «La Velocidad de la Confianza» e «Inspirar Confianza») describe la confianza como la seguridad nacida del carácter y la competencia. En un entorno colaborativo, la confianza forma el fundamento sobre el cual se construyen todos los esfuerzos exitosos.

Lo opuesto a la confianza es la sospecha

Un buen ejercicio para cualquier líder es valorar la confianza y la sospecha que proyecta en los demás. Para eso pueden imaginar un dial o un termómetro y en un extremo colocar la confianza y en el otro la sospecha. Después hay que intentar responder las preguntas: ¿Cómo me perciben otras personas en ese espectro en este momento? ¿Qué señales estoy enviando a mi gente que los llevarían a inclinarse hacia la confianza o hacia la sospecha?

La importancia de este concepto se vuelve más evidente con un ejemplo: Un líder que está perdiendo confianza en las habilidades de su equipo debido al entorno de trabajo híbrido. Este líder no puede ver físicamente el nivel de confianza que tiene con sus equipos. Sin señales claras, se inclina hacia el lenguaje de la sospecha. «¿Cómo sé que realmente están trabajando?»

Cómo consecuencia de eso impone más reglas, más trámites burocráticos, más políticas diseñadas para mantener a las personas firmemente en sus propios roles. En definitiva, más obstáculos para la colaboración basada en la confianza y, por esa razón, menos oportunidades para la innovación. Este líder va en la dirección equivocada.

La confianza sigue la ley de la reciprocidad

Cuanto más confianza se da a alguien, más se recibe.Esto es especialmente cierto en lo relacionado a la confianza y la comunicación efectiva. Cuando hay confianza presente, los miembros del equipo son más propensos a expresar sus ideas abiertamente, proporcionar retroalimentación constructiva y participar en discusiones significativas. Por el contrario, en una cultura organizacional de baja confianza, los individuos dudan en hablar, temiendo represalias o juicios.

El resultado de la baja confianza es una pérdida de oportunidad

Los grupos de trabajo con baja confianza pierden la oportunidad de hacer los pequeños cambios que, sumados, conducen a la verdadera innovación. Estos cambios no serán las mejores soluciones que el planeta haya visto, a veces puede ser tan simple como un nuevo proceso o flujo de trabajo. 

Pequeñas cosas que pueden cambiar resultados de manera significativa y que sólo pueden ser construidas sobre la fuerza de opiniones compartidas solicitadas a personas que sienten que están en un entorno seguro y acogedor. Un espacio donde es aceptable expresar una idea, incluso una que parezca tonta o no esté completamente formada en ese momento.

El escenario alternativo también es fácil de imaginar

Las culturas organizacionales de baja confianza tienden a volverse burocráticas al implementar capas de cumplimiento y control para mitigar riesgos. En tales entornos, la innovación sufre porque los individuos dudan en tomar riesgos y compartir sus ideas creativas.

La confianza forma el fundamento sobre el cual se construye la colaboración efectiva

En un mundo donde la colaboración es la fuerza impulsora del éxito, la confianza emerge como el pivote que lo mantiene todo unido. El trabajo de Stephen M. R. Covey en torno a la confianza nos proporciona valiosos conocimientos sobre el papel crítico que juega la confianza en la colaboración.

Influye en la comunicación, fomenta la innovación, moldea la cultura organizacional y es un imperativo de liderazgo. Para tener éxito en el panorama empresarial dinámico de hoy, un líder debe reconocer que cómo se presenta y crea esa confianza para otros es primordial. 

Si se hace con éxito, los líderes pueden desbloquear todo el potencial de sus equipos, impulsar la innovación y lograr resultados notables.