Durante conferencias y sesiones de coaching, a menudo hacemos la pregunta: «¿Quieres ser un gran líder o quieres que tu equipo sea liderado por un gran líder?» A menudo, la gente dice: «Bueno, no lo sé. Me parece que son más o menos lo mismo». Y son similares, pero hay una diferencia sutil que es muy importante.

La diferencia radica en la forma en que ves la situación, en la perspectiva a través de la cual estás mirando. Si quieres ser un gran líder, deseas que tu equipo lo haga bien, pero realmente tu intención es ser visto como un gran líder. Probablemente hagas muchas cosas correctas, pero al final quieres asegurarte de recibir el reconocimiento por ser un líder tan excepcional.

Por otro lado, si quieres que tu equipo sea liderado por un gran líder, entonces estás pensando desde la perspectiva de «¿Qué necesita el Miembro del Equipo A? ¿Qué necesita el Miembro del Equipo B?» Sea quien sea a quien estés liderando, ves las cosas desde su perspectiva. ¿Cuáles son sus metas profesionales en relación con lo que estamos tratando de lograr como equipo u organización, y cómo puedes ayudarles mejor? Estás despejando el camino y brindando oportunidades para superar esas metas, al tiempo que los ayudas a alcanzar los objetivos de la empresa.

Es una diferencia sutil, pero cambia la forma en que piensas acerca de todo. Está construida sobre una base de humildad. Tu satisfacción y alegría provienen de ver a aquellos a quienes lideras ascender al estrellato o hacer algo maravilloso para la organización. No provienen de si te elogian o te dan crédito.

Y tú, ¿quieres ser un gran líder o quieres un gran líder para tu equipo?

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