¿Por qué hacerlo?
Ya sabes qué es eso que sigues posponiendo y que parece tan grande que nunca tienes la energía para comenzar. Según la investigación sobre la procrastinación, simplemente comprometerse con una pequeña parte de ella, en lugar de centrarse en completar toda la tarea, puede ayudar a que esa tarea temida parezca más factible. Y una vez que hayas comenzado, cada avance puede ayudar a alimentar tu motivación para seguir adelante.
Cómo hacerlo:
1. Elige una tarea desafiante que has estado posponiendo
Puede ser una presentación para preparar, una bandeja de entrada de correo electrónico que necesita atención seria y que sigues posponiendo hasta mañana… o al día siguiente… o la próxima semana.
2. Identifica la cosa más pequeña que puedes hacer para empezar
Está perfectamente bien si la tarea parece completamente trivial y podría llevar solo dos minutos. El punto es comenzar. Por ejemplo:
- Para una presentación: abre un nuevo proyecto de PowerPoint y crea la diapositiva de título.
- Para tu bandeja de entrada de correo electrónico: responde, elimina o archiva cinco correos electrónicos.
3. Recuerda que solo vas a hacer esa pequeña cosa, no toda la tarea
Comprométete solo con ese primer paso y dite a ti mismo que lidiarás con todo lo demás más tarde. Por ejemplo:
- Solo crearé la diapositiva de título, no prepararé toda mi presentación ahora.
- Solo procesaré cinco correos electrónicos, no organizaré toda mi bandeja de entrada de correo electrónico ahora.
4. Comienza con esa pequeña tarea ahora mismo
Dado que la pequeña tarea que identificaste es fácil de hacer, no hay razón para no hacerla de inmediato. Completa esa pequeña tarea y es posible que te sorprendas de lo fácil que se siente la siguiente tarea pequeña, y la siguiente.
5. Date un pequeño premio por dar ese primer paso
Esto puede ser tan simple como permitirte tomar una taza de café o un breve descanso al aire libre para celebrar el hecho de haber comenzado.
